Santa Anita no duerme: una madrugada en el flamante gran mercado de Lima
Sabado, 03 de noviembre de 2012 | 7:06 am
Crónica de una amanecida al lado de Juan Cruz, Elías Arévalo y Yolanda Ruiz, un estibador, un comerciante y una minorista, respectivamente, que empiezan su jornada cuando (casi) todos estamos durmiendo. En su primera semana de operaciones el nuevo mercado mayorista de Santa Anita ha mostrado abiertos y en operaciones sus 800 puestos de venta. La formalización, pese a todo, parece encaminarse.
Eduardo Salinas Y.
En el negocio de las cebollas, Juan Cruz es conocido como 'charapa'. Él acostumbra ponerse una sudada camiseta celeste de la selección uruguaya antes de empezar a trabajar. Ha llegado el momento. Sube a la balanza, busca el número que indica el marcador y resta sus 78 kilos para obtener el peso real del saco de cebollas que carga encima. En un segundo esta operación se repetirá. Julio César, su compañero de tantas jornadas, dejará sobre los hombros de Juan otro costal. Él subirá otra vez a la balanza. Esta vez registra 116 kilos netos de cebolla arequipeña. La carga parte en unos minutos a un mercado de la capital.
Son las dos y media de la madrugada en el puesto 094 del mercado mayorista de Santa Anita. 'Charapa' y Julio César repiten el ritual de la balanza hasta el amanecer. Ambos trabajan a todo pulmón en uno de los 800 puestos del nuevo mercado mayorista de Lima. "La cebolla arequipeña está en temporada alta. Ya hemos vendido más de 40 sacos. Son para Huaycán, La Perla y Cieneguilla", dice 'Charapa'.
Una semana después de los desmanes de La Parada, y tras el traslado de por lo menos el 80% de sus comerciantes a Santa Anita, este flamante mercado mayorista ha recibido más de 5 mil toneladas de la mercadería que se comercializará en los mercados de Lima. El nuevo mercado, en el corazón Santa Anita, tiene 4 pabellones de 166,5 metros de largo y 27 metros de ancho. Es decir, 4.482 metros cuadrados de superficie para la venta de papa, cebolla, choclo, ají, camote, limón, zanahoria y ajo, entre otros productos imprescindibles en la mesa de los limeños.
LLEGAN EN LA TARDE
El reloj marcan las 3 y 15 de la mañana. Los esposos Bertha Román y Elías Arévalo se conocieron en La Parada. Ahora venden zapallos en su nuevo local. Siempre están corriendo, en Santa Anita no hay tiempo que perder y la pareja lo sabe bien. Cada día se turnan. Uno de ellos debe recibir el camión que trae la mercadería de Huancayo o Andahuaylas.
"El camión llega con el zapallo bordeando las 5 de la tarde. Uno de nosotros tiene que recibir la carga. Luego hay que ordenarla en el puesto. Y entre las 2 am y la 10 am vendemos a los minoristas que llegan aquí. Así trabajamos los siete días de la semana", cuenta Bertha, mientras cuchillo en mano va partiendo el zapallo.
Acaba de llegar doña Yolanda Ruiz, comerciante minorista del mercado Universal de Santa Anita. Mira los zapallos, ubica los más grandes y se lleva dos. Cuando descubre que hay dos periodistas alrededor suyo, dice en tono de reclamo: "Faltan estibadores aquí, necesitamos a estos muchachos para que nos ayuden a transportar la mercadería".
Solo hay 130 estibadores y carretilleros en el local. Ellos ayudan a quienes buscan llevar los productos que acaban de comprar hasta sus camionetas. La Empresa Municipal de Mercados (Emmsa) ha anunciado que admitirá 300 estibadores en Santa Anita para satisfacer la demanda de este antiguo servicio de transporte. ¿Qué pasará con el resto de cargadores? Son tres mil, aproximadamente. Problema social que se viene.
Don Elías, de 73 años, también está de acuerdo con que se reciba más estibadores en Santa Anita. Al hablar de ellos recuerda sus años mozos en el viejo mercado de La Parada. Luego reconoce que algo andaba mal por allá. "No vamos a tapar el sol con el dedo. Ese mercado era inseguro, había caos vehicular, contaminación ambiental, era informal. Este mercado es mucho mejor, pero esperamos que el precio sea justo y el trato sea bueno".
NO HAY MÁS PUESTOS
En el nuevo mercado cada pabellón está iluminado con luces LED. En los pasillos se respira la premura de los comerciantes. Quieren vender sus productos lo más rápido posible. Viven del día a día. "Todos los puestos en Santa Anita están atendiendo. Ya no hay más disponibles. Tenemos aproximadamente 300 tiendas alquiladas. Las arrendaron los comerciantes que realizaron su trámite con anticipación. Y el resto, casi 500 puestos, están en condición de préstamo, en forma provisional. En los próximos días empezaremos el proceso de formalización con ellos", afirma Ricardo Giesecke, presidente de Emmsa. Habrá un sorteo de puestos y una subasta pública que definirá la ubicación de los comerciantes dentro de Santa Anita.
El cielo se despinta y se torna cada vez más celeste. No queda mucho tiempo para la venta. "¡Chicos, apúrense. Esta mercadería ya está cancelada!". Isabel Cueto de Bernaola, una mujer oriunda de Huancavelica, con 52 años a cuestas, lleva dos décadas vendiendo camote.
"Me lo traen de Chiclayo. Ahora que la venta está baja vendo el saco de 65 kilos a 35 soles", refiere Isabel, quien administra los puestos 085 y 086 con su esposo Raúl. Semanas antes de los desmanes de La Parada, ella y Raúl se inscribieron. Les dieron dos puestos pero no se mudaron inmediatamente porque temían que el proyecto de Santa Anita no funcione tan rentablemente como en La Parada. Aquí empiezan una nueva historia.
El sol ya está sobre nuestras cabezas. Esta jornada llega a su fin. Para el "charapa" Juan Cruz y su yunta Julio César las horas de carga han terminado. Es tiempo de descansar.
Llegarán al mercado unas 150 carretillas hidráulicas
Para facilitar el traslado de la mercadería de los puestos en Santa Anita a las camionetas de los minoristas, en los próximos días Emmsa adquirirá 150 carretillas hidráulicas. "La solicitud de compra está a punto de concretarse, sabemos que hay un problema de transporte, las mujeres que vienen al mercado no pueden cargar grandes cantidades de peso", explica Giesecke.
Estos vehículos podrán ser utilizados por los comerciantes que cumplan con el pago mensual del alquiler. Este es: 4.400 soles. Los trabajadores que paguen el precio más bajo (2.200 soles) tendrán que contratar el apoyo de los estibadores en el momento de la descarga de la mercadería. "El mercado cuenta con los vehículos hidráulicos, pero este servicio será utilizado únicamente para el transporte de un número determinado de toneladas de mercadería", explica Giesecke.
Claves
El nuevo mercado. En 1992 se inician las obras del mercado de Santa Anita. Meses después, cuando la construcción se había avanzado en un 15% se paraliza la obra.
Invasión. En el 2002 una mafia de comerciantes invade el mercado de Santa Anita. El local es recuperado en el 2007, tras cinco años de operaciones en la rotunda informalidad.
Primera etapa. En el 2011 culminó la construcción de la primera etapa del nuevo mercado mayorista de Santa Anita.
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