Por lo menos esto es lo que aseguró el secretario técnico del Comité Provincial de Defensa Civil, Norman Chávez Miranda, luego de haber efectuado una inspección en el centro de abastos y verificar que la estructura y sus propias instalaciones se encuentran seriamente debilitadas y prima el desorden en general, tanto así que llegó a calificar al mercado como una verdadera “bomba de tiempo”.
El funcionario edil señaló que han detectado que las coberturas de la edificación están a punto de caer, mientras que los canalones de los techos están sumamente deteriorados y existe el peligro que en cualquier momento se puedan venir abajo.
Este solo hecho pone en serio riesgo la integridad no solo del medio millar de comerciantes que existen en el Mercado, sino de los miles de compradores que llegan a diario y, especialmente, los fines de semana, ocasión en la que se ha contabilizado que la cifra supera los 3,500 usuarios.
Debido a ello Defensa Civil podría cancelar la licencia de funcionamiento que tiene el Mercado y por ello ya se ha elaborado un informe dando cuenta de estas anomalías, las cuales derivarían en medidas de sanción por la dejadez de los propios comerciantes que no han prestado el debido mantenimiento a sus instalaciones.
Esto es mucho peor si se tiene en cuenta que una medida extrema de este tipo tendría el carácter indefinido y solo se levantaría en cuanto se subsanen las deficiencias que ha advertido la autoridad, las cuales involucran una importante inversión.
Y, es que las deficiencias no son solo estructurales, existen otras observaciones como las precarias instalaciones eléctricas que tienen los diferentes puestos, especialmente en la zona denominada como ampliación, lo cual convierte al centro de abastos en una potencial hoguera en caso se suscitarse un cortocircuito porque sus puestos están elaborados en base a palos y esteras y el techo resulta totalmente inflamable.
De la misma manera, los inspectores han observado que en este centro de abastos existe una marcada tugurización provocada no solo por los comerciantes ambulantes que invaden los pasillos sino por los propios comerciantes que suelen sacar su mercadería fuera de su puesto y ocupan gran parte de las zonas de evacuación.
Lo que ha observado Defensa Civil no es una novedad, lo ven y lo perciben a diario los cientos de visitantes desde hace muchos años, incluso, en este medio de comunicación los hemos advertido cuando se registraron fuertes temblores y la amenaza sobre los ocupantes del inmueble ha sido latente.
Precisamente, el año pasado un movimiento telúrico de gran intensidad nos permitió conocer el testimonio de una persona que circunstancialmente estuvo dentro del mercado de Buenos Aires y vivió momentos de pánico cuando trató de evacuar y se encontró con una masa humana que trataba de ganar las puertas de salida y ellas estaban totalmente congestionadas por la presencia de mercadería que sobresalía de los puestos.
De la misma manera, nos pudo confiar que al levantar la mirada pudo observar con estupor que los techos de canalones se movían de un lugar a otro y parecía que estaban a punto de caer sobre todos ellos, lo que representa un real peligro para los visitantes.
Y, es que la infraestructura de este centro de abastos sucede al terremoto de 1970, es decir, que tiene cuarenta años de existencia y en todo este tiempo sus techos y paredes han soportado las inclemencias del clima y de la naturaleza, sin que que hayan sido mejorados.
Esta es una irresponsabilidad de los propietarios y de los comerciantes que los conducen, es decir de la propia Municipalidad Provincial del Santa que lo ha administrado a través de muchos años y de los conductores de cada puesto que deberían de haberse preocupado en realizar el mantenimiento y las mejoras que se requieren en el inmueble.
Justamente, desde hace algunos años se puso en marcha el proceso de privatización de los mercados, en el cual obviamente se incluye al de Buenos Aires, lo que quiere decir que en poco tiempo esta propiedad ya no será municipal sino que pasará a manos de los propios comerciantes, quienes están en la obligación de ejecutar mejoras y de construir una galería que le otorgue otro nivel a su centro de trabajo, no solo para su propio bienestar sino para satisfacción de sus clientes que se merecen siempre un mejor trato.
Es necesario advertir que el Mercado de Buenos Aires es uno de los más importantes centros de abastos de la ciudad, por lo menos el más visitado en Nuevo Chimbote y que concentra el movimiento comercial del cono sur, por lo que la advertencia del representante de defensa civil es una alarmante llamada de atención que debe comenzar por hacer reaccionar a los propios comerciantes.
Son ellos los que deben considerar que su centro de trabajo puede ser cerrado por un tiempo indefinido con las serias consecuencias que ello significaría para su economía y para la comunidad que perdería al primer centro de suministros que tienen en la zona.
Sin embargo, es justo precisar que las observaciones de Defensa Civil solo responden a la verdad y la realidad, el mercado Buenos Aires se encuentra en condiciones deplorables y eso lo saben, sin lugar a dudas, los propios comerciantes que han experimentado el deterioro de su infraestructura y no han hecho mucho por mejorarla y mantenerla.
Esperemos que el informe que evacúe Defensa Civil haga reaccionar a los comerciantes, ellos cuentan con una organización interna y una directiva que debe responder por las deficiencias que presenta el inmueble. Estamos frente a una preocupante situación que debe superarse con esfuerzo y, sobretodo, con decisión y unión de todos ellos.
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