El dulce negocio de las azucareras

POR HANS ROTHGIESSER

12 DE ENERO DE 2011

A estas alturas debe ser imposible que alguien no se haya dado cuenta de que algo se cocina con las azucareras del norte. Es lógico suponer que esta ida y venida de normas legales y de decretos y proyectos de ley tiene detrás alguna especie de negocio millonario que promete ganancias al que salga ganando. Quizás el rebote más interesante de los últimos días sea la prohibición de exportar azúcar a Estados Unidos para asegurar el abastecimiento interno. Interesante. Nos la pasamos años negociando y cediendo y avanzando para conseguir un tratado de libre comercio con un gigante del consumo como Estados Unidos… para después no aprovecharlo porque las fuerzas del mercado dictan que exportar es más rentable que vender en el mercado local.

Como si tuviera impacto, por último. En este comentario del Instituto Peruano de Economía se puede apreciar cómo lo que termina siendo exportado de la producción de azúcar no es relevante. Sólo como curiosidad veamos los siguientes datos. En 1997 según el documento oficial del Ministerio de Agricultura, Dinámica agropecuaria 1997 - 2009, en 1997 producíamos 6,930.3 miles de toneladas de caña de azúcar. Para el 2009 esta producción se había incrementado a 10,100.1 miles de toneladas. Por otro lado, si uno observa la tendencia de la comercialización del azúcar en el mercado mayorista de Santa Anita, podrá ver que ésta está a la baja. De 260,872 toneladas que se comercializaron en el 2001 se pasó a apenas 173,726 en el 2009. Es decir,mientras que la producción se ha incrementado, la comercialización interna está en caída. Esto no debe sorprender, si se considera que los precios internacionales han estado creciendo y en el interior del Perú hay fuerte resistencia a aceptar que los precios de los productos alimentarios se incrementen.

En ese sentido, no debería sorprender que la orientación al mercado exterior de los productores azucareros sea natural. Después de todo, se le ha asegurado un mercado inmenso gracias al tratado de libre comercio con Estados Unidos. Una promesa muy pomposa que todo el Perú ha apoyado y que nos ha costado mucho en términos de ajustes legales y de cesiones comerciales. El país entero apoyó la firma de este acuerdo, a pesar de estos costos, porque reconocía los beneficios potenciales prometidos. No es casualidad que el 54% de los encuestados crea que el libre comercio es bueno para los campesinos y los agricultores peruanos, según este sondeo del Instituto de Opinión Pública de la PUCP del 2009. De hecho, en este otro sondeo se puede apreciar que para el 66% el tratado de libre comercio con específicamente Estados Unidos es beneficioso para el Perú.

En ese sentido, la disposición del Ministerio de Agricultura de suspender los envíos de azúcar a ese país con el propósito de evitar un desabastecimiento local no termina de tener mucho sentido. Es más, suena a contradicción. Una economía que pretende estar en proceso de integración comercial al mundo como se supone que es la peruana, ante un posible desabastecimiento, fomenta mayor importación en condiciones favorables. Lo que el Ministerio de Agricultura debería estar haciendo es investigar cómo puede reducir los costos de la importación del producto supuestamente en proceso de desabastecimiento, de tal manera que pueda llegar de algún otro mercado.